Tienen dinero, fama, prestigio, títulos, los medios a favor, arbitrajes a favor, etc...pero nunca tendrán ni de lejos una afición como la del Espanyol.
Hubo momentos en los que el estadio debió parecer el fin del mundo para los jugadores del bar$a, y es que cuando Cornellá ruge tiembla hasta el suelo.
Que diferencia a ese estadio viejo, frío, lleno de guiris que ni animan, ni saben de que va la película...con sus mosaicos preparados por el SPORT o el MUNDO DEPORTIVO, siempre fieles a la mano que les da de comer...
(Sobre los medios de comunicación de esta ciudad, haré una entrada próximamente). En definitiva, que les ha dolido y mucho el inesperado empate del sábado. Y yo cuanto más cabreados, rabiosos e indignados los veo...MEJOR ME SIENTO!
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